El sector del vino destacó que ha sido de los primeros en abordar el reto de la sostenibilidad y enfatizó, además, la necesidad de llevar este concepto más allá del ámbito medioambiental y ligarlo a los aspectos económico, social e incluso cultural.
Así lo expuso, el pasado 21 de julio, el doctor ingeniero agrónomo y gerente de la Plataforma Tecnológica del Vino (PTV), Mario de la Fuente, durante una ponencia centrada en el tema de la sostenibilidad en la cadena de valor vitivinícola, impartida en el marco de un Curso de Verano de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), en San Lorenzo de El Escorial.
Su conferencia concluyó el bloque de charlas en esta jornada del curso, que tomó el caso práctico del vino para abordar los retos en materia de sostenibilidad de la cadena alimentaria y que también dedicó un espacio para hablar de las cualidades saludables de este alimento dentro de la dieta mediterránea.
El evento contó con el patrocinio de la Interprofesional del Vino de España (OIVE), entidad con la que la PTV mantiene una estrecha colaboración gracias a un acuerdo marco vigente desde 2018 que establece un plan conjunto de trabajo para dinamizar e impulsar la I+D+i del sector vitivinícola
El reto de la sostenibilidad en el sector
De la Fuente defendió que el sector del vino ha sido pionero en trabajar hacia el reto de la sostenibilidad y hablar de cambio climático, tanto a la hora de implementar proyectos como de establecer normativas internacionales en el marco de la Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV).
El experto enfatizó la importancia de hablar de la sostenibilidad no sólo desde un punto de vista ambiental, sino también económico y social, que son las otras dos líneas cada vez más generalizas, y la social, que añade él personalmente.
Así, explicó que una bodega y una explotación vitivinícola no es sostenible si no es rentable económicamente, y que en el apartado social hay que tener en cuenta desde el consumidor hasta las condiciones laborales de los trabajadores del sector.
Además, y para el caso concreto del vino, De la Fuente puso en valor que a nivel mundial hay 14 ó 17 regiones vitivinícolas que son patrimonio material de la Unesco.
Aparte, hay fiestas y tradiciones reconocidas como patrimonio intangible y aspectos como el enoturimo ligados a ello que, en su opinión, «suponen una oportunidad de capitalizar» y cuya defensa hace sostenible al sector.
En el lado medioambiental, apuntó a la reutilización de envases y a la sustitución del cobre en los fitosanitarios como algunos de los aspectos en los que se trabaja, entre otros muchos.
Vino y salud
Antes de esta conferencia, la catedrática del Departamento de Nutrición, Ciencias de la Alimentación y Gastronomía de la Universidad de Barcelona (UB), Rosa María Lamuela-Raventos, dirigió una ponencia sobre el papel del vino dentro de la dieta mediterránea como estilo de vida saludable.
La experta valoró la alta cantidad de polifenoles que hay en una copa de vino, hasta 200 mg de estos compuestos químicos, y destacó cómo actúan en la disminución tanto de la mortalidad como de los problemas cardiovasculares.
Además, destacó que «el aumento de peso no se relaciona con un consumo moderado de vino ni de aumento de la barriga».
La directora de la OIVE, Susana García, presente en el evento, defendió que, en efecto, la sostenibilidad en el vino «hay que estudiarla desde las vertientes, económica, medioambiental y social».
«El vino está arraigado al territorio y donde hay vino hay vida, hay oportunidades, fijación de población al medio rural y posibilidad de desarrollar su actividad económica y qué hay más sostenible que tener oportunidades y trabajo»
En lo relativo al vino y su relación con la salud, García indicó que este alimento «es uno de los pilares de la dieta mediterránea, considerada como la mejor del mundo, y que tomado con moderación está demostrado científicamente que tiene efectos beneficiosos para la salud«.